jueves, 10 de enero de 2013

Ya no tengo a quién esperar


Días que dejaron de ser solo días, horas que dejaron de ser solo horas, minutos y segundos que dejaron de ser solo eso.
De un momento al otro todo dejo de ser aburrido, gris, triste y vacío, mi tiempos, mis días y mis risas dejaron de ser solo mías y comenzaron a ser tuyas.
Solo me la pasaba contando los días y los meses que faltaban para poder verte, mis días tenían un motivo, verte pronto, era todo lo que quería.
Tus “Buenos días”, eran lo que le daba sentido a una mañana, nuestras pláticas a la madrugada, nuestra idea de poder estar juntos diario, el querer viajar juntos por todo México, tantas cosas, tantas palabras, tantas promesas, ninguna concretada.
Solo quería verte, poder acercarme a ti, decirte “Te Quiero” por primera vez, frente a frente, poder abrazarte y hasta besarte, todo tenía sentido.
Tuvimos problemas, los resolvimos, pero el ultimo y más reciente, sin solución, palabras que dije, palabras que viste, admitiendo mi culpa, pedí disculpas, explique, hoy, ya te veo más lejos de lo que en verdad estamos.
Lo que no nos separo en meses, llamado distancia, nos separan palabras ahora, palabras estúpidas que admito dije, que hoy me arrepiento de no haber pensado, pero, hay un error, ese problema que tenemos todos de tomarnos las cosas que ni siquiera tienen nuestro nombre, ¿Como puedes pensar que yo podría lastimar a la persona que se volvió el centro de mis días?, ¿Eso no lo ves?, ¿No ves lo feliz que me haces?, no, definitivamente no lo ves.
Prefieres poner las palabras que salieron sin razón, que ni siquiera llevaban tu nombre sobre todo lo que te jure querer, sobre las veces que te dije: “NO QUIERO PERDERTE”., sobre mis detalles que tuve contigo, tu cumpleaños, Navidad, cosas que te hice con cariño, amor y corazón, cosas que me nacieron, pero, si, que los errores vayan por encima de todo eso.
Ahora todo vuelve a pasar como si nada, aburrido, gris, solitarios, vacío, días sin motivo, sin platicas, sin madrugadas.
Ya no tengo a quien esperar.
Eso es lo que más duele.

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